Mi querida amiga no desmorones tu castillo de cristal.
Sigue mirando a través de las almenas del sueño, al pie de esas murallas en flor.
Vístete con la armadura de plata que se deshoja con el viento.
Póstrate bajo el centenario árbol que saca sus tortuosas raíces de la tierra para abrazarte.
Él va a acunar esa hermosa alma que tienes sobre sus delicadas hojas .
Del nido que abriga entre las ramas saldrá una avecilla de plumas multicolores que tejerá una glosa de amor para ti.
No te rindas, hermosa amiga.
Pintura de Rene Magritte. The land of Miracles
Relato anterior: EGO, ELLO Y YO
Qué bonito!! Un abrazo 🙂
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gracias Elena, es un gusto tenerte por aquí, un beso
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